sábado, 30 de diciembre de 2006


LOS TIEMPOS CAMBIAN
Gerardo Castillo Riera


¡Hay que ver!, los tiempos cambian. Hace como 37 años apenas que andábamos varios de nosotros escondiendo cosas, por cuestiones políticas claro está. En estos días estaba arreglando los cassettes de música, que a lo mejor ya muchos no conocen por los avances tecnológicos, y me encontré una cinta, que tiempos ha la cargaba uno escondida, por lo explosivo de su mensaje, y para oírla había que hacerlo, o muy pasito, o sí acaso en el UPA de la calle Concordia, cerca del Liceo, o en los cubículos de la Universidad. Me refiero a Carlos Puebla. ¡Ah mundo!, y no es el negro Pernalete, “ La reforma agraria va”, o sino, “Comandante Che Guevara”, o tal vez “Carabina 30-30”. Eso era cuando había ideología, cuando había sueños de justicia social, ahora no, es solamente odio social, que es otra cosa y muy dañina por cierto. Una obediencia ciega a una persona, no importa si es bueno o malo. Si daña o no. Si nos enfrenta o no. Si nos destruye o no.
...Ahora suena. Camilo: “...te canto porque estás vivo Camilo y no porque te hayas muerto.Pero resulta que, pienso Yo, ¿y si me la llevo por el camino y la pongo duro en las alcabalas?, a lo mejor esos carajos no me matraquean tanto, ...a lo mejor y quien quita.
Vuelve a sonar otra vez:
“ quiero levantar mi mano
mi razón y mi derecho
y gritar a todo pecho
Yo también soy miliciano“.

¡Hay que ver¡ ¿verdad que los tiempos cambian?.
gcastillor@hotmail.com


COSTUMBRES
Gerardo Castillo Riera


Siempre he sido un curioso de nuestras costumbres, por eso siempre trato de averiguarlas. Con mis tres Mamás lo hacía siempre y una de ellas era que les preguntaba del porque de la mazamorra en semana santa. Ellas me explicaban que en ésta época había que guardar el ayuno y la abstinencia de comer carne, y que mejor que este pastel, si se puede llamar así, a base de maíz y aliñado con anís para facilitar la digestión y endulzada con papelón para dar la energía que se conseguía con la carne pero que no se podía comer en esa oportunidad por ser fieles seguidores de la fe cristiana. Además se le agregaba el dulce de leche para adicionar también más energía. Al decir de mi recordado amigo Andoche Barrios (QEPD) en el Torrellas se la comen con dulce de plátano, porque así la consumían los pobres, siempre le contradije esa tesis porque la leche, en esta parte del mundo, nunca ha sido un privilegio de los ricos, cualquiera tenía una cabra o una vaca por muy pelúa que fuese, en el solar de su casa; además el plátano era mas caro que un litro de leche. Mi conclusión es pensar que como los habitantes del Torrellas se fueron a trabajar al vecino estado Zulia llamados por el boom petrolero habían adquirido la costumbre de allá de comer plátano en todas las comidas.

Así pues que este suculento plato no es otra cosa que la forma como los caroreños consiguieron soportar el ayuno y la abstinencia en tiempos de cuaresma y de una manera muy sabrosa. Además que da sueño y permite pasar los rigores de la canícula, mas fuerte de lo común en esta temporada, y del sufrimiento del ayuno, durmiendo. Muy inteligente.

También les preguntaba sobre lo que comían los caroreños de principios del siglo pasado. Me decían que como desayuno variaba entre mondongo o los derivados de lácteos, huevos o refritas, y arepas fritas en leche del día anterior, muy buenas por cierto; todo esto por supuesto acompañado de sus respectivas arepas y descontando la tapara de suero, que entre nosotros es parte de los útiles de la mesa. De almuerzo sopa, carne, bien sea de marrano, res o salón de chivo, en variadas formas. De merienda, después del picurito de las 3 de la tarde, café con amasijo o cucas, o en su defecto dulces variados y criollos, entre ellos, tapatapa, granadas, coco, cerezos y cambures pasados, las famosas almejas de Chila Pire, nalguitas de piña, quesillo, natilla, lefarias y datos, guanajos, tamarindo, guayabas y hasta algunos comimos cují. A lo mejor me estoy saltando algunos que no me vienen a la memoria. De cena, lo mejor de todo, se comía lo que había quedado del almuerzo. Y la inigualable resbaladera que no faltaba nunca. No se conocían los tomates, pimentones, céleri, ajo porro, y todas esas ramas actuales; se condimentaba con comino y ajo. Por eso es que nuestro fogón es uniforme en toda la ciudad.

Todo esto nos trae a la reflexión de que de existir en esa época los avances médicos modernos nuestros antepasados hubiesen sido longevos porque la mayoría de las muertes eran por enfermedades que hoy nos parecen una triste gripe.
gcastillor@hotmail.com



FANTASÍA
Gerardo Castillo Riera

El concepto filosófico del termino Fantasía es el de: “actividad humana creadora de imágenes”. El ser humano desde sus inicios practicaba esta actividad, cualquier niño practica esta actividad. El hombre primitivo ante los acontecimientos inexplicables recurría a ella. Al transcurrir del hombre se pudo dar cuenta que ella no solo servía para explicar las cosas y acontecimientos si no que, sin proponérselo, la utilizaba en su vida cotidiana. El diccionario la define como “la facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las ideales en forma sensible o de idealizar las reales.Cuándo se es niño vivimos en una eterna fantasía, al jugar, cuando pequeños, ¿quién no se imaginaba que el caballo de palo era verdaderamente de carne y hueso?, llegábamos incluso a conocer el color y cualquier otra seña que tuviera el animal para hacerlo más real, claro está a los ojos de hoy que somos adultos, porque a los de antes lo real y verdadero era nuestra imaginación; por mejor decir, el mundo de las imágenes. Hay infinidad de películas, libros y anécdotas sobre la materia donde se muestra lo hermoso y útil de la fantasía. Pero cuando somos adultos se nos olvida que la fantasía nos revive, nos lleva, como dice el concepto, a idealizar las cosas reales y a representar las cosas ideales en forma sensible, y eso es lo verdaderamente humano; el hecho de poder ser sensibles es mas que suficiente. El mundo globalizado actual, “per se” no se ha deshumanizado, es la globalización mal entendida. Quienes propician esta tendencia a lo mejor fueron niños sin infancia, niños que no les permitieron jugar, porque es a través del juego que desarrollamos nuestra fantasía. Somos producto de lo que aprendimos de cuando niños, y algunos padres no entienden esto cuando obligan a sus hijos a asistir a actividades todos los días para tenerlos ocupados, quitándoles el derecho a jugar.Todos los adultos nos preguntamos con frecuencia ¿por qué será que las cosas antes eran mejores?. No se trata de sí es mejor o peor una o la otra, la diferencia la tenemos en que nuestra generación tuvo la oportunidad de jugar, de desarrollar la fantasía y la actual generación es producto de esa globalización mal entendida que obliga a los niños a ser adultos antes de tiempo. Nuestros juguetes eran rígidos, sin movimiento, porque el movimiento solo estaba en nuestras mentes, se lo dábamos nosotros con la imaginación; a los caballos no se le movían las patas, ni las muñecas de las hembras lloraban o se movían, cuando mucho los brazos y piernas giraban; ahora no, los caballos y carritos se mueven a control remoto, al igual que las muñecas. O en el peor de los casos lo hacen a través del ratón de la computadora. El juego por excelencia es socialización, ¿y han visto Uds. algo más egoísta que el juego en computadora?. Aparte de eso ¿quién de nosotros no tuvo o tiene una novia imaginaria, con la cual soñamos? ¿Alguien se atreve a negarlo?. Con esa novia nos imaginamos paseando, bailando, gozando, etc., etc. A lo mejor ahora nos parecerá ridículo decirlo, o pensarlo, pero ¿acaso el poeta, o el compositor, o el escritor de novelas no utiliza imágenes fantásticas?.Digo que algunos padres le roban la niñez a sus hijos porque los ponen a competir a ver quien lee con menos edad. Algunos colegas me dirán, como de echo lo hacen, que soy obsoleto, que no utilizo las modernas prácticas pedagógicas que buscan sacar el mejor provecho del ser humano, así como hacen con los pollos de engorde que no les apagan la luz para que estén las 24 horas del día comiendo; en otras palabras, les están robando la vida. Con responsabilidad les contesto que sí. Soy todo eso que dicen, pero por encima de todo defiendo el derecho a pensar, a disfrutarlo que es el verdadero sentido de la vida. No hay cosa mas infeliz que siéndolo no se es consciente de ello. Los que trabajamos con materias humanísticas tenemos que serlo obligatoriamente porque no hay mejor forma de desarrollar la fantasía que con la lectura, y ésta a su vez es la que nos alimenta el espíritu.
Gerardo Castillo Riera
Especialista en habladera de boberas
gcastillor@hotmail.com



EL COLECTIVO
Gerardo Castillo Riera
En las constantes charlas que mantenemos en mi casa varios amigos, uno de ellos, Luís Mora, me comentaba ayer que estaba indignado porque ya la Universidad Yacambú, estaba presta a iniciar su núcleo aquí en nuestra ciudad. Su malestar no era contra la Yacambú, si no que no comprendía como la UCLA, siendo la Universidad del Estado no se disponía a crear carreras completas aquí, si no que se limitó a traer solo carreras cortas. Decía Luís, con toda razón, que deberían cambiarle el nombre a la misma y llamarla Universidad de Barquisimeto Lisandro Alvarado, porque era solo para esa ciudad, y que teníamos nosotros los Caroreños que desprendernos de nuestros hijos para mandarlos a estudiar fuera del estado.
Hacía memoria que cuando Pablo Arapé y yo hacíamos la revista Avance Agropecuario de SORGO y Cámara de la ACIC, exponíamos algo al respecto y manifestábamos que como era posible que siendo Carora la zona agrícola y pecuaria del estado, las facultades de Agronomía y Veterinaria de la UCLA no funcionaran aquí. Nos preguntábamos ¿cómo pudo la UCV instalar las suyas en Maracay?.
De ésto no podemos culpar a nadie, solo nosotros los mismos Caroreños somos los culpables de tal desatino; no podemos pretender que alguien sentado en una oficina de Barquisimeto, que a lo mejor nunca ha visitado Carora, pudiera gestionar tal cosa. Nuestra actual sociedad ya dejo de tener el empuje que tenían nuestros padres y abuelos, que pensaban en colectivo; nos hemos convertido en una ciudad común y corriente donde la gente piensa en forma individual. La ciudad de Ramón Pompilio Oropeza, de Chío Zubillaga, de Misia Petra Elíes, de Petra de Aldazoro, de Pastor Oropeza, de Ambrosio Oropeza, de Homero Álvarez, quienes dejaron las mieles de la capital para venirse a instalar en nuestra ciudad y trabajar por ella ya pasaron.
Me incluyo en ese lote de culpables, porque nuestra generación no ha podido enseñar a las nuevas que la plaza que está en la confluencia de las Av. Miranda y 14 de Febrero no es la plaza del Chivo, sino de CHÍO. Estamos en deuda con la ciudad, no le hemos retribuido lo que ella nos dio: sentido de pertenencia y formación. No hemos continuado con el Procerato Caroreño, ni con Barrios Caroreños, ni con el Historial Genealógico de Familias Caroreñas, ni con la obra de los Pbros. Lisímaco Gutiérrez y Carlos Zubillaga, en la construcción del Hospicio, e infinidad de cosas más.
Tuvieron que venir personas ajenas a darse cuenta que la ciudad adolecía de centros de enseñanza superior para explotar ese público cautivo, ávido de formación académica profesional; nosotros no pudimos, estábamos y estamos aún ocupados en otras cosas más individuales y tratamos de solucionarlas pero también en forma individual. ¿Acaso será posible que comencemos a pensar en colectivo?, a trabajar por Carora, entendiéndola como región y no sigamos permitiendo la ciudad de carretera. Los Médicos del Hospital, los funcionarios y directivos de los núcleos universitarios instalados aquí, los Jueces, los Policías, los Maestros y Profesores, los Buhoneros, los empleados de la Alcaldía, y casi que los Curas, duermen en Barquisimeto y hacen vida social en Barquisimeto. No saben a que sabe un Sábado y Domingo y día de guardar en Carora, ni conocen nuestra canícula.
Por esto y por muchas cosas más es que no podemos culpar a nadie de la dejadez en que hemos caído, y seguro estoy que no faltará quien salga a decir: Yo hice esto, Yo hice tal cosa, Yo, siempre Yo. Los convido a decir NOSOTROS hicimos, NOSOTROS haremos, NOSOTROS pelearemos por lo que creemos es beneficioso para TODOS... Eeeeeelena... Upa pues.
gcastillor@hotmail.com