sábado, 5 de marzo de 2011

Ambigú….

EN CARORA ADEMAS DE PLAYAS HAY PARAMO

Gerardo Castillo Riera

gcastillor@hotmail.com

http://natiaito.blogspot.com/

El placer de la buena mesa no solo es saborear ricos platillos y finas bebidas, también hay que agregar buena compañía y agradable ambiente. En días pasados mi estimado primo y entrañable amigo Jorge Euclides Ramírez nos dispenso a Juan Bautista Perera y a mi persona una invitación para que disfrutáramos un rato en un agradable lugar que particularmente me trae muy buenos y afectivos recuerdos de infancia. Este lugar no es otro que el muy popular Páramo; ¿quien de nuestra generación no se recuerda de este sitio? Al igual que El Campestre o el 1ro de Mayo o a que Don Alejo que fueron sitios a donde íbamos de jóvenes a conversar y a refrescarnos pero con un ambiente cargado de camaradería y hermandad. Solo añoramos las cosas agradables por eso siempre recordaremos estos sitios con esa cualidad. En mi caso, lo recuerdo porque cuando El Páramo quedaba al lado del Bar Caracas en la calle Torres haciendo esquina con la Ramón Pompilio y era atendido por Rafael Rodríguez, Chemingo Piña (papa de Franklin) y Pablo Rojas, yo vivía en una casa que colindaba con la cancha de bolas criollas del Páramo y además de oír el Mosaico # 7 de Billo todos los días, el cual aun hoy me agrada sobremanera, mi mama me mandaba a comprar una carne molida que vendía Rafael. Tengo un recuerdo muy agradable del sabor específico de esa carne con papas. Pero aparte de eso ya más mayorcito recuerdo y hasta hoy las famosas arepas parameras que además del sabor se disfrutaba cuando Rafael, y más tarde sus hijos Rafita, Adelfo y el Bole, las preparaban con parsimonia y dedicación. Es un arte todo el proceso, abrir la arepa, ponerle los trocitos finitos de mortadela Caracas y de queso con minuciosidad, agregarle la lechuga y recortarle las puntas que sobresalen de las mismas, y el toque final: la mayonesa y la salsa de tomate. ¡Que barbaridad! Alguien que nunca las haya probado pudiera decir que saben a mayonesa y salsa de tomate, pero no es así, logran darle el toque requerido para que resalten todos y cada uno de los componentes. Todo eso era, porque se les daño el enfriador de jugos, acompañado, si era en la mañana con un buen vaso de avena o de tamarindo y si es después del mediodía con varias y deliciosas gélidas. Ya adulto, la víspera de mi tradicional viaje a la capital y antes de ir a guardar la camioneta ya lista para el viaje, pasaba por El Páramo y pedía tres arepas y mientras esperaba y disfrutaba su preparación, me refrescaba con varias de esas que tienen la fama de ser las más frías de toda la bolita del mundo. Para Juan el secreto de las arepas esta en el gas, pues la plancha donde las calientan es a gas.

Pero además de disfrutar de una noche de refrescamiento, conversamos mucho y trajimos a la memoria gratos momentos e interesantes conclusiones filosóficas muy enjundiosas. Por ejemplo Jorge dio una muy certera: los caroreños pertenecemos a la cultura del desierto, que parte de que “si uno se pone a echale bolas a algo, lo logra”. ¡Cosa mas cierta! pues los caroreños nos propusimos tener luz y la logramos, nos propusimos tener agua y la tuvimos, nos propusimos tener el mejor guitarrista del mundo, y lo logramos, nos propusimos inventar una vaca que diera mucha leche bajo el tremendo sol, y exprimiendo el desierto lo logramos. Y así de entre muchas mas cosas que hemos logrado esta esto de tener playas sin tener mar y Páramo sin tener montañas.

RECETA

Hoy le toca el turno con la receta a Dilcia mi esposa. No crean que soy repuesto, robusto y bien maiceado (Padre Beto dixit) por nomás, eso se debe a la gran cantidad de cursos de cocina que le he pagado para que aprenda, porque aquí se vale el dicho que en casa de herrero cuchara de palo, pues mi suegra era una excelente y afamada cocinera barrionovense. Entre todos esos cursos hechos esta el de la acreditada María Teresa Cifuentes “La perfecta ama de casa”.

Mantequilla aromatizada

A un tarro de margarina o mantequilla le echas sal, pimienta, salsa inglesa, 3 cucharadas de perejil muy finamente picado, 1 cebolla rayada, 8 dientes de ajo triturados y picados y el jugo de un limón. Todo esto se bate bien y lo metes a la nevera. Te puede servir para agarrar papas sancochadas y pasarlas por el horno con una cucharada de esta mantequilla. Al bistec que lo pones a la plancha y le agregas una cucharada de esta mantequilla y le das vuelta y vuelta. Al pollo lo despellejas y lo cortas en trozos y lo sancochas en agua de limón. Al estar listo lo colocas en un caldero con un poquito del agua en que lo sancochaste y le agregas una cucharada de esta mantequilla hasta dorar. El mismo tratamiento con el pescado.

Y……… SALUD

No hay comentarios: