sábado, 24 de julio de 2010

Ambigú…..

GASTRONOMIA CAROREÑA

Por: Gerardo Castillo Riera

La gastronomía se define como la ciencia que estudia la relación del hombre con su entorno y su forma de alimentarse. La forma como utiliza los recursos que posee a su alrededor para satisfacer sus necesidades biológicas de alimentación. Así vemos por ejemplo como quienes viven a orillas del mar basan su alimentación en el pescado, y lo acompañan con siembras de los alrededores.

Ahora bien, en su entorno se incluye la forma y el modo de preparar esos alimentos; en otras palabras como se comen lo que preparan y con que lo preparan. En nuestro caso especifico de Carora, nuestra alimentación gira fundamentalmente en base al puerco, al chivo y a la res, animales que se consiguen en nuestro entorno. Y últimamente hay que agregar el pescado de agua dulce o de cuero como también se conoce, producido en los tres grandes embalses construidos en el Municipio Torres.

Podemos empezar diciendo que chivos hay en cualquier parte del país, al igual que puerco y res; pero nuestra forma de preparar o nuestra forma de condimentar es lo que caracteriza esa gastronomía muy propia y que a la larga hemos influido en la gastronomía, sino de todo el estado por lo menos en la de su capital, Barquisimeto. Así vemos por ejemplo que cuando alguien habla de gastronomía larense, habla de nuestro lomo prensao o de la tostada caroreña, o del mondongo o mute de chivo.

Por tradición condimentamos fundamentalmente con ajo, cebolla y comino, todo reunido en un refrito. Esto se debe a que hasta casi finalizando el siglo pasado solo eso nos llegaba a nuestra ciudad. Quienes ya pasamos del medio cupón no recordamos en nuestra niñez haber visto aquí por ejemplo un ajo porro, o un celeri, o un coliflor, o un brócoli, o una chayota, como tampoco una berenjena, entre otros tantos condimentos conocidos actualmente. Si conocíamos la cebolla morada de Rio Tocuyo, acaso tomate y pimentón pero en muy escasas ocasiones.

De ahí que nuestro popular mondongo solo lleva sofrito de ajo, cebolla y comino. Pero su principal aliño son las 7 horas de cocción en fogón o en cocina, por supuesto resguardados por el popular jorojoro. Esto es fundamental para que los huesos hagan de las suyas y le trasmitan el sabor y las vitaminas que ellos poseen. Nuestro mondongo se riñe con la olla presto (SIC) como denominamos aquí a la olla de presión; porque ella le niega ese agradable condimento. Bien dice el dicho, “..a falta de pan, buenas son tortas”, a falta de condimentos nuestros antepasados rebuscaron en sus alrededores para lograrlo; el resultado, el hueso del animal.

Nuestra generación tiene la obligación de trasmitir a las generaciones que nos siguen el legado cultural que a su vez nos fue trasmitido, por eso debemos decirles, entre otras cosas, como nos alimentábamos; ellos la enriquecerán con nuevos ingredientes y nuevas tecnologías.

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